La política es el arte y la ciencia de la gobernanza, del debate y las propuestas sobre los problemas de una sociedad. Como tal es digna y lícita de ejercer. Sin embargo, en el Ecuador y la gran mayoría de países del mundo NO existe política, sino politiquería.
Politiquería donde la supuesta democracia es ‘votar’ cada cuatro años, y que un partido o conjunto de partidos se repartan el Estado y sus recursos, dejando migajas para el resto de la sociedad. Dicen que es el ‘derecho al voto’, pero si no vas a sufragar te multan, es decir un ‘derecho obligatorio con sanciones pecuniarias’.
En nuestro país dieciséis binomios presidenciales son la representación de viejos y nuevos grupos de poder desligados y contrarios a los verdaderos intereses de la sociedad y la nación. Prueba de ello es obligar a la gente a ir a votar incluso en plena segunda oleada del COVID-19, con hospitales llenos, morgues y cementerios repletos.
Votar por unos u otros es solo un mero formalismo legal, la vieja maquinaria politiquera seguirá funcionando a todo vapor gane quien gane.
Solo cabe el VOTO NULO o NO VOTAR, la mayoría de personas en la sociedad vivimos de nuestro propio trabajo, negocios y esfuerzo. Ningún derecho o beneficio nos ha sido regalado desde arriba.
NUEVA REPÚBLICA
Pretender encender y manejar un vehículo con el motor destartalado y a punto de fundirse es absurdo, hay que instalar un nuevo motor, e incluso conseguir un nuevo vehículo.
La sociedad ecuatoriana requiere una nueva república que sea un:
-sistema estatal y gubernamental colegiado de trabajadores, profesionales y productores
-un país altamente industrializado y tecnologizado
-una nueva cultura con un pueblo ilustrado
En el progreso del país no tienen cabida alguna los usureros, burócratas dorados, mafias y mercaderes de la política.
¿QUÉ HACER?
No existen varitas ni fórmulas mágicas, tampoco la historia se hace a discreción de las personas. No vendrá salvador alguno a ‘liberar’ a la sociedad; es la misma sociedad quien debe tomar conciencia de su realidad y asumir su papel transformador.
Los intelectuales tan solo podemos traer luces de conocimiento, ser buenos profesionales y/o artistas, dejar un legado social, pero son los distintos sectores sociales quienes deben responsabilizarse para cambiar su situación.
Muchas personas quizás todavía no estén preparadas para estas palabras, recordar que incluso a veces hasta los hombres sabios habitan en el engaño. Pero la realidad se impone como un templo, y la historia jamás se detiene, el desarrollo y el progreso son inevitables. Que cada quien cumpla su papel.
Nicolás Gualle
ESCRITOR y CONFERENCISTA
Contactos:
Email: nicoega@yahoo.com.ar
Whatsapp: 0998725157
Pág. Web:
https://nicolasgualle-escritos.blogspot.com
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