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Abg. Nicolás Gualle 0998725157

martes, 29 de septiembre de 2020

¿POR QUÉ ABOGADO?

Para la mayoría de mis amigos, compañeros del arte, familiares y demás, no es desconocido el hecho de que económica y laboralmente me desempeño como ABOGADO de los Tribunales y Juzgados de la República del Ecuador. Al respecto a veces me preguntan y, ¿por qué abogado?

Es una pregunta constante, y la respuesta es sencilla, pero requiere ser detallada. No tendremos aquí las clásicas respuestas que solíamos dar por compromiso cuando cursábamos los primeros semestres de la carrera de Derecho: “deseo ser abogado para hacer justicia” y otras similares. No se trata de que dicha consigna ya no sea parte de nuestro proyecto de vida, sino de que, con el paso del tiempo, madurez y experiencias, comprendemos las cosas con mayor objetividad.

Desde muy joven estuve vinculado al conocimiento, al arte y cultura, a las causas sociales. Unas veces con acierto, otras francamente errado, haciendo camino al andar. Muchas veces abogando por los intereses de las mayorías, de otras personas, y dejando en el desamparo al protagonista de estas líneas. Así aprendí muchos secretos de la vida, la sociedad y el sistema, de cómo se estructuran y funcionan…

Desde entonces han transcurrido años y años, ya no somos como aquel jovencito idealista, inmaduro e inexperto, pero tampoco un hombre con la cabellera de algodón, cansado y con bastón en la mano, estamos en el punto intermedio del camino, en la edad exacta para volar alto y lejos.

Ahora puedo responder con acierto y objetividad aquella pregunta que me vienen haciendo por años y que también me la hago yo mismo muchas veces, ¿por qué abogado?

Soy abogado por múltiples razones. En primer lugar, porque me encanta LEER, ESCRIBIR Y DISERTAR, es no solo algo profesional sino una pasión de vida. En segundo lugar, porque QUIERO Y ME MEREZCO (como todos) vivir dignamente, tener un techo, vestimenta, comida, medicinas, recreación, etc.; y, en tercer lugar, porque quiero APORTAR VALOR A LA SOCIEDAD (sembrar semillas de conocimiento y justicia, principalmente en las nuevas generaciones).

El ser abogado de los tribunales y juzgados de la República del Ecuador compagina perfectamente con mi oficio social de escritor, y ser escritor a la vez encaja excelentemente bien con ser abogado.

Sigo siendo el mismo joven altruista y científico, solo que con el añadido profesional de ‘abogado’, con una credencial más.

Quizás muchos abogados se ‘engrandecen’ con un simple título colgado en la pared o una credencial guardada en la billetera; pues que mal. No es el título o la credencial lo que te hacen abogado, esos dos documentos son la parte ‘legal-logística’ para poder ejercer, pero el SER ABOGADO es algo que ninguna universidad o institución te podrán otorgar JAMÁS.

El abogado no solo es un ‘defensor técnico’, sino y sobre todo una persona con una vasta cultura general, líder, filósofo, psicólogo, economista, sociólogo, un orador y escritor, jurisconsulto, investigador, estudioso de la historia de la humanidad e incluso se proyecta al futuro, a las cosas y tendencias que se van dando en la sociedad.

Al respecto, tan solo con conocer el origen, la etimología de la palabra ABOGADO, podemos ver su real alcance: “La palabra abogado procede de la latina advocatus, que significa llamado, porque los romanos acostumbraban a llamar en los asuntos difíciles, para que los auxiliasen, a las personas que tenían un conocimiento profundo del Derecho. También quiere decir patrono, defensor, letrado, hombre de ciencia; jurisconsulto, hombre de consejo, esto es, de consulta; jurista, hombre versado en la erudición del Derecho y en la crítica de los códigos, según los principios de la filosofía, de la moral y, también, de la religión.” Diccionario Jurídico Elemental, Guillermo Cabanellas de las Cuevas.

La abogacía la llevaba en la sangre desde temprana edad, ‘abogando’ por los intereses y necesidades de muchos sectores de la sociedad. Ahora sigo ‘abogando’ por las mayorías y causas justas, solo que con objetividad, madurez y perspectiva, sabiendo que la historia no es obra de individuos sino de complejos escenarios internacionales y nacionales que pueden llevar décadas en consolidarse o cambiar repentinamente... Mi principal aporte a la sociedad es y será con el conocimiento jurídico y el arte literario.

Pese a las pandemias, corrupción, y crisis económica, el futuro se pinta esperanzador, pues en la dialéctica de la vida y de la historia, la tendencia principal siempre es hacia el avance progresivo en una espiral infinita.

Mientras tanto seguiremos abogando por causas, proyectos e intereses que aporten valor a la sociedad, y disfrutando al máximo la vida, que es única y maravillosa.

Nicolás Gualle

ESCRITOR y CONFERENCISTA

Contactos:

Email: nicoega@yahoo.com.ar

Whatsapp: 0998725157

Pág. Web: https://nicolasgualle-escritos.blogspot.com

miércoles, 2 de septiembre de 2020

MORAL Y ÉTICA

La sociedad del siglo XXI se encuentra francamente extraviada. No es un extravío voluntario o intencional, sino el resultado de la descomposición de un sistema que se está agotando cada vez más; por ende, no es autora sino víctima de esta realidad.

Las ciencias sociales nos enseñan que ‘el ser social, determina la conciencia social’, es decir la naturaleza de las personas depende de sus condiciones materiales de vida, la economía condiciona la cultura, o, dicho de otro modo, la cultura es un reflejo de la economía.

Hoy en día, la moral y ética están o bien distorsionadas o bien inexistentes. Pero vamos por partes.

Definiciones conceptuales

Es recomendable en cuestiones académicas y científicas, basarse en las definiciones que nos aporta el Diccionario de la Real Academia Española, para fundamentar con precisión los conceptos, significados y alcances de las palabras, teniendo muy presente que un gran porcentaje de la comunicación interpersonal e intrapersonal se desarrolla con palabras que reflejan objetos, sujetos, hechos, contextos, etc.

MORAL

“1. adj. Perteneciente o relativo a las acciones de las personas, desde el punto de vista de su obrar en relación con el bien o el mal y en función de su vida individual y, sobre todo, colectiva.”

ÉTICA

“5. f. Parte de la filosofía que trata del bien y del fundamento de sus valores.”

¿Qué sucede con la moral y ética en nuestra sociedad actual?

·        Inexistencia de conceptos bien definidos, como consecuencia de la arremetida postmodernista

·        Corrientes culturales reaccionarias como el animalismo, guerra de los sexos, nihilismo, misantropía, entre otras

·        Corrupción gubernamental generalizada

Lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto

El debate sobre lo bueno y malo dentro de la sociedad humana, es tan antiguo como la civilización misma y ha ido evolucionando conforme el paso del tiempo, las guerras y revoluciones, los descubrimientos, inventos y avances científico – tecnológicos.

La separación de derecho y moral

Un gran paso que tuvo la humanidad en su largo proceso evolutivo, constituye la separación del derecho y la moral, lo que se traduce institucionalmente en la separación del Estado y la Iglesia, dando como resultado una ética pública laica.

El derecho es el conjunto de normas públicas y privadas que mandan, prohíben o permiten hacer algo a nivel general, en tanto que las valoraciones morales son profundamente subjetivas y varían según el país, la ciudad, la cultura, la familia e incluso cada individuo.

Entonces, ¿cuál es la fuente o debería ser la fuente de moral y ética que nos guíe personal y socialmente?

Los seres humanos hemos evolucionado en un largo y complejo proceso de ‘hominización’, en el cual fuimos adquiriendo muchos de los rasgos que nos caracterizan y diferencian de las otras especies de homínidos.

Estos son: el consumo de carne que permitió un crecimiento en cantidad y calidad de nuestra masa cerebral; la articulación del lenguaje que nos permitió comunicarnos de mejor manera y dejar constancia del paso del tiempo para las nuevas generaciones; y, el trabajo, es decir la creación de bienes y servicios por medio del esfuerzo mental y físico, individual y colectivo.

De estos tres, el más importante es el último, pues sin el trabajo no existiría prácticamente nada de la riqueza material y cultural de la sociedad, simplemente no sería posible la civilización.

Adicionalmente a esto, la ciencia y el conocimiento, cimentados principalmente en la época del Renacimiento, la Ilustración y la Dialéctica, nos permiten discernir la esencia de los seres humanos como seres que tenemos tres bases: la sobrevivencia, la reproducción y la espiritualidad.

De tal suerte que, la ética y la moral solo pueden surgir de dos grandes fuentes: el TRABAJO y la CIENCIA; y deben estar orientadas a satisfacer y regular las necesidades básicas del ser humano, su sobrevivencia (comida, vestimenta, techo, trabajo, salud), reproducción (sexualidad, pareja, familia, hijos), y espiritualidad (pensamiento y sistema de creencias).

Todo lo que atente contra el trabajo, la ciencia, y las necesidades básicas humanas, debe ser considerado como inmoral o falto de ética.

La civilización tiene todavía mucho camino que recorrer para lograr el desarrollo de una humanidad libre de alienaciones de todo tipo; lo interesante y esperanzador, es que este proceso es, por un lado, inevitable, y, por otro lado, cada vez nos vamos acercando más y más a él, a forjar las bases para un mundo nuevo.

Nicolás Gualle

ESCRITOR y CONFERENCISTA

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Aportar valor a la sociedad y disfrutar la vida:

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¡Ser un hombre renacentista, ilustrado y dialéctico!