-EL LIBERALISMO
El relato del
liberalismo comienza con una crítica a los modos de producción que antecedieron
al capitalismo: el esclavismo y el feudalismo, como opresores y que impiden las
libertades de empresa, de prensa, de pensamiento, civiles, electorales, etc.
El protagonista
de este relato es la burguesía, la misma que valiéndose de su capital,
conocimientos y liderazgo, logrará destruir los anacronismos sociales y llevar
a toda la sociedad hacia un sistema industrial, de libertades económicas y de
progreso.
Este relato tuvo
mucha fuerza a lo largo del siglo XIX, e inspiró a grandes masas en su lucha
contra el viejo mundo colonial y feudal como fueron las guerras
independentistas de América Latina, la Guerra de Secesión de los EEUU y la
lucha contra los Imperios de Europa y Asia.
Hasta aquí es la
esencia del relato del liberalismo (capitalismo), no obstante hay un problema
central que muy pocos pueden ver y les lleva a enormes confusiones y
traiciones. La narrativa del capitalismo NO es una sola, sino que se divide en
dos etapas fundamentales: la de libre empresa y la monopólica.
En el caso del
capitalismo de libre empresa (siglos XVIII y XIX) éste era democrático,
liberal, progresista y revolucionario, entonces tenía mucho que ofrecer a la
humanidad.
En el caso del
capitalismo monopolista (siglos XX y XXI) éste es reaccionario en toda la línea
y está en decadencia, en su fase terminal. Por ende, la narrativa del
liberalismo sólo es válida hasta fines del siglo XIX y comienzos del XX,
después pierde su esencia histórica. Un ejemplo de esto es el famoso ‘sueño
americano’ que no es otra cosa que la más grande avaricia y mercantilismo
esparciéndose por todo el mundo y contaminando mentes y corazones de millones
de personas.
En la actualidad
no es posible utilizar el relato del liberalismo, más allá de una retórica
abstracta y vacía.
-EL SOCIALISMO
Ésta, nuestra
historia, comienza aproximadamente hace 15 mil millones de años con el Big-bang
(la gran explosión) que dio origen al universo, estrellas, planetas y la vida
actual.
La materia no
puede ser creada ni destruida, sólo se transforma en un proceso infinito y
dialéctico. De esta evolución surgió la vida de plantas y animales, y
posteriormente de los primeros homínidos que finalmente dieron lugar al moderno
Homo Sapiens (hombre que piensa). Este último proceso duró cerca de 3 millones
de años hasta convertirnos en la especie que somos hoy en día.
Vivimos por
miles de años en una Comunidad Primitiva de cazadores, recolectores, en medio
del matriarcado, sin fronteras, propiedad privada, clases sociales, ni estados.
Posteriormente y
cuando la humanidad inventó la agricultura y la ganadería nos establecimos en
comunidades sedentarias, forjando las primeras civilizaciones hace
aproximadamente 8 mil años, en la zona que comprende los (actualmente) países
de Siria e Irak.
Llegado un
punto, comenzó a haber excedentes de producción, que fueron apropiados por una
minoría en contra de la comunidad, y para vencer el descontento de las masas
utilizaron las antiguas armas de caza como instrumentos de represión. Este
proceso descompuso la comunidad primitiva y dio origen al esclavismo, así
nacieron la propiedad privada, las clases sociales, el estado, la familia
monogámica y patriarcal.
Después y por
cerca de 5 mil años existieron sangrientas luchas de clases entre esclavistas y
esclavos, entre señores feudales y siervos de la gleba, entre capitalistas y
proletarios.
El protagonista
del relato marxista es el proletariado, la última clase de la historia y la más
avanzada. Surgió en el siglo XIX en medio de las revoluciones burguesa e
industrial. Su programa es el resumen de las más grandes aspiraciones
democráticas y revolucionarias de las masas trabajadoras a lo largo de la
historia y principalmente durante el capitalismo. Su filosofía es el
materialismo dialéctico e histórico y está profundamente ligada a la ciencia.
Cuando triunfe
el proletariado, con revoluciones democráticas de nuevo tipo, socialistas y
culturales, sepultará a todo tipo de imperialismos, fascismos, colonialismo y
feudalismo, vendrá entonces una gran era de desarrollo y progreso social, de
paz y armonía en la humanidad, será la sociedad de la ciencia y los
trabajadores, comenzará recién la auténtica historia.
No es utopía ni
locura, sino la interpretación científica del mundo y la vida, es inevitable,
el proletariado no puede ser destruido, quizás derrotado momentáneamente (como
sucedió en la Comuna de París, la URSS, China Popular y la GP del Perú),
regresará a la lucha una y otra vez en muchos países hasta su triunfo completo
y definitivo.
Cabe aclarar que
la narrativa socialista a veces es tergiversada para utilizarla como una
cobertura ideológica por gobiernos estatistas reaccionarios, de camarillas
burocráticas y militaristas, y así justificar su tiranía como es el caso de
Venezuela, China, etc.
Fragmento
del libro: ‘SELECCIÓN DE ESCRITOS IV’
Nicolás Gualle
ESCRITOR y
CONFERENCISTA
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