Por naturaleza
hombres y mujeres somos diferentes: físicamente, fisiológicamente,
emocionalmente. Sin embargo, pese a ser contradictorios, somos al mismo tiempo
un COMPLEMENTO. Es lo que en ciencia y filosofía se conoce como ‘unidad y lucha
de contrarios’ o simplemente como Ley de la Contradicción.
Desde el punto
de vista biológico y evolutivo es relativamente normal que existan ciertas
‘luchas’ entre hombres y mujeres, por seleccionar la mejor pareja, por la
cantidad de encuentros íntimos, por las tareas biológicas de cada sexo, etc.,
pero esas ‘luchas’ son dentro de un esquema natural de complementariedad. Es
decir, hombres y mujeres ‘luchan’ pero al mismo tiempo están unidos. Y así fue
por milenios…
Sin embargo,
desde el surgimiento de la propiedad privada, la monogamia, las religiones y la
lucha de clases, apareció también la ‘guerra de los sexos’, un esquema de
‘lucha’ hombres vs. mujeres totalmente anti-natural, artificial y reaccionario.
Las relaciones
sexuales libres y satisfactorias de la tribu, basadas únicamente en la
selección natural de los más aptos y aptas dejaron de existir. En su lugar sólo
podían tener mujeres (la mayor cantidad y las mejores) los hombres
propietarios, los esclavistas, que utilizaban el chantaje económico para
retenerlas alrededor de ellos. En tanto que los esclavos no tenían mujeres o sí
acaso de igual rango, en muy poca cantidad y calidad.
De esta forma
nace el machismo, como una forma de los grandes propietarios por imponer su
voluntad a la comunidad femenina y obligarla ya sea por medio del chantaje
económico, religiones, e incluso la violencia física más salvaje, a obedecerles
y serles fieles en todo sentido.
La gran mayoría
de religiones surgen precisamente junto al régimen de producción esclavista y
fueron creadas y redactadas por los hombres grandes propietarios (o sus
súbditos) de aquella época, esto es hace 2 y 3 mil años. No bastaban el control
físico y sexual, necesitaban también un control psicológico, profundamente
espiritual, de ahí nacen los libros religiosos.
En respuesta a
esto, muchas mujeres históricamente cogieron un creciente odio al ‘hombre’ y al
acto sexual como símbolo de su opresión y falta de libertades. Va tomando
fuerza la guerra de los sexos: lucha despiadada entre los mismos hombres por
tener mujeres, pero ya no es la lucha de la selección sexual natural, sino la
lucha utilizando la propiedad privada como medio de imposición y chantaje;
lucha despiadada entre las mismas mujeres por tener un hombre poderoso y así
sobrevivir, pero ya no es la selección sexual natural por el más guapo, el
mejor cazador de la tribu o quien le sedujo, sino la lucha utilizando el acto
sexual como medio de chantaje e imposición para la rendición del hombre
propietario que le es de su interés. Y a todo esto se suma la lucha entre
hombres y mujeres por quien se impone, machismo contra feminismo extremo,
misoginia, misandria, etc…
Ejemplo práctico
y común de esto, es el adoctrinamiento que sufren las jovencitas desde temprana
edad (15 años aproximadamente) para que busquen un ‘buen partido’ (es decir un
hombre de dinero, profesional o de negocios “exitoso”) dejando a un lado los
gustos carnales o simpatías emocionales porque de eso “no se come, no se vive”.
Finalmente, como
una falsa respuesta al machismo se ha originado en algunas mujeres de las
clases dominantes y acomodadas lo que se conoce como ‘feminismo extremo’,
tendencia reaccionaria que pone al hombre en general como el centro de ataques
por parte del movimiento feminista, buscando endurecer leyes, castigos y
sanciones contra los hombres, hacerlos sentir vergüenza de su masculinidad y
finalmente imponer un sistema de feminismo extremo en la sociedad. Rechazamos rotundamente
este disparate de unas cuantas mujeres e incluso hombres desviados
ideológicamente y en su lugar planteamos: ‘¡Ni machismo, ni feminismo
extremo, por la Equidad de Género!’.
Fragmento
del libro: ‘SELECCIÓN DE ESCRITOS III’
Nicolás Gualle
ESCRITOR y
CONFERENCISTA
Contactos:
Email:
nicoega@yahoo.com.ar
Whatsapp:
0998725157
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