La
superestructura ideológica (cultura, leyes, política, moral) es un reflejo
directo de la base económica. En el sistema esclavista la sociedad pensaba de
una forma determinada, por ejemplo era bien visto tener esclavos, vivir del
trabajo de los esclavos, asesinarlos si el dueño así lo quería, etc.; en cambio
en el sistema feudal las ideas tenían el sello propio de esa época, se valoraba
la acumulación ilimitada de tierras, las guerras de colonización, vivir en
castillos, etc.; y, lo mismo sucede con el imperialismo que su base económica
genera una cultura mercantilista, ferozmente competitiva, opresiva y altamente
individualista.
En el caso del
capitalismo burocrático, capitalismo raquítico, sometido a los monopolios,
anclado a la feudalidad, conectado día y noche al respirador artificial del
Estado, sólo puede crear un sistema político, cultural y social burocratizado,
corrupto y parasitario.
Burocratizado
porque al no existir grandes industrias, casi todo y todos dependen del viejo
Estado, por eso los gobiernos están plagados de muchos burócratas dorados y las
decadentes empresas públicas que son uno de los ejes principales de la actual
economía nacional. Corrupto porque no puede existir de otra forma, la
corrupción está en su misma composición, en su sangre, en su ADN, es la
repartija ‘pacífica’ de los recursos públicos entre los distintos grupos
oligárquicos, sin la corrupción todo el sistema se vendría abajo. Y parasitario
porque NO produce casi nada, vive de los préstamos, de la usura, de la renta
petrolera, de los excesivos impuestos a los pequeños y medianos propietarios, del
trabajo de otros.
Fragmento
del libro: ‘SELECCIÓN DE ESCRITOS III’
Nicolás Gualle
ESCRITOR y
CONFERENCISTA
Contactos:
Email:
nicoega@yahoo.com.ar
Whatsapp:
0998725157
No hay comentarios:
Publicar un comentario