La sexualidad es
la parte más esencial del ser humano. Contiene dos fuerzas en sí misma: una
fuerza destructora y una creadora. Se manifiesta a través de aspectos
socio-culturales como la percepción de género, formas estéticas, sensualidad y
erotismo; y aspectos fisiológicos que
son los órganos sexuales.
Por eso la
importancia de canalizar la energía sexual, pues el deseo sexual reprimido se
convierte en fuerza destructora y adopta formas como la misoginia, que en el
caso de los hombres es peligrosa porque es fuente de peleas, de odio hacia los
demás. Se ha comprobado científicamente que las personas que padecen de
misoginia tienen una tendencia a causar daño al resto. En tanto que en el caso
de las mujeres, la represión del deseo sexual se evidencia con síntomas
somáticos que pueden ser dolores de cabeza, decaimiento e incluso
envejecimiento prematuro.
El uso adecuado
de la sexualidad es una poderosa fuerza creadora y no solo de vida, sino
también de talento. Los grandes artistas de todos los tiempos lo sabían, por
eso los escritores, pintores, músicos, escultores, etc, realizaban su arte
después de largas jornadas amatorias. ¿No lo crees? Pues echa un pequeño
vistazo a las biografías de Pablo Neruda, Picasso, Lope de Vega, Oscar Wilde,
Mercedes de Acosta, etc., pasaban la mitad del tiempo entre sábanas y amantes,
y la otra mitad entre lienzos, guitarras, sesiones de teatro, o el arte al que
se dedicaban.
Fragmento
del libro: ‘CABALLERO DE LA ESPERANZA’
Nicolás Gualle
ESCRITOR y
CONFERENCISTA
Contactos:
Email:
nicoega@yahoo.com.ar
Whatsapp:
0998725157
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