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Abg. Nicolás Gualle 0998725157

sábado, 4 de abril de 2020

UTOPÍA O DISTOPÍA, ¿HACIA DÓNDE VA EL MUNDO?


‘Hodierna spes, veritas crastina’ [Esperanza de hoy, realidad del mañana]
El postmodernismo, una corriente cultural reaccionaria impulsada por las élites políticas y económicas desde los años 1990 en adelante, nos presenta a través del cine, la literatura, religiones, etc., un presente y futuro social distópico.
Se habla mucho de inminentes guerras nucleares, pandemias catastróficas que llegarán unas tras otras, aparecimiento de zombies, meteoritos que chocarán con la Tierra, escasez de agua y alimentos, apocalipsis, etc., confundiendo a amplios sectores sociales, infundiendo mucho miedo y desesperanza. Y más aún con la llegada del Covid-19, las distopías están a la orden del día.
Pese a que pueden llegar a ser posibles algunas de las cosas antes mencionadas, los relatos comunicacionales oficiales NO nos aportan una salida constructiva y esperanzadora a la sociedad, tan solo parches de remiendo, o drogas intelectuales y emocionales (videojuegos, religiones, estupefacientes, nihilismo, misantropía) para que la gente se evada del problema. Todo este contexto es la distopía oficial, el relato de gobiernos y corporaciones en una época en que su discurso se ha agotado, ya no tienen nada nuevo o valioso que ofrecer o aportar a la civilización.
En contrapartida existe la UTOPÍA, que según el Diccionario de la Lengua Española emitido por la RAE, se define como:
1.     Plan, proyecto, doctrina o sistema deseables que parecen de muy difícil realización.
2.     Representación imaginativa de una sociedad futura de características favorecedoras del bien humano.
Durante milenios en la civilización han existido distintas utopías, unas se han llegado a cumplir cabalmente, otras a medias y unas cuantas no se cumplieron en lo absoluto, pero siempre estuvieron ahí, las utopías, la esperanza de la humanidad en un futuro mejor, en el progreso, en un nuevo amanecer, es lo que le da sentido a la vida social, al pensamiento, a la teleología de la historia.
En este siglo XXI, las utopías NO han muerto, están más vigentes que nunca. Y en pleno mes de abril del año 2020, pese al Covid-19, la gran crisis económica, corrupción gubernamental, etc., existe mucha esperanza en el futuro. ¿Razones? Vamos a verlas.
1.-Dialéctica de la vida y de la historia
Todo está en constante cambio y movimiento, en la naturaleza, la sociedad y el pensamiento. Nada es estático, eterno, inmutable, todo evoluciona de forma progresiva, constante, como una espiral. Ejemplos en la economía, la política, la ciencia, la moral, la vestimenta, relaciones de pareja, y mil temas más, sobran. Los seres humanos somos parte de un largo, profundo y constante proceso de ‘hominización’, de adquirir conciencia de nosotros mismos, lo bueno y lo malo, nuestros orígenes y lugar en el Universo.
2.-El gen ‘cooperativista’
El ser humano es bueno por naturaleza, es la vieja sociedad la que lo corrompe, ciertas instituciones y grupos minoritarios con intereses egoístas. Así por ejemplo, un niño de 4 o 5 años NO tiene maldad ‘innata’, por su cuenta propia no está pensando y maquinando como robar, destruir, corromper, tal vez existan unos pocos casos aislados de niños con enfermedades mentales, con patologías que los impulsan a actuar así, pero son casos concretos y puntuales.
Después al ir creciendo se van, nos van corrompiendo, en base a tantos engaños, opresión, explotación, etc. Ya de adultos estamos unos todavía sanos en función del conocimiento, la autoformación, el altruismo, la reflexión; otros, entre un lado bueno y otro malo, al vaivén de las circunstancias, y una minoría con una enorme maldad en su mente y corazón; no todo es lineal, hay segmentos, matices, entre un grupo y otro.
Pero en el fondo como especie, los Homo Sapiens tenemos un GEN COOPERATIVISTA el cual nos ha ayudado a sobrevivir por milenios. El hecho tan simple de que para concebir un nuevo ser humano, es necesario que otros dos (hombre y mujer) cooperen cada uno con sus células sexuales o gametos (espermatozoide y óvulo respectivamente) para su fecundación, embarazo y posterior alumbramiento.
Así mismo a lo largo del paleolítico (que duró varios cientos de miles de años), cuando vivíamos en tribus de cazadores – recolectores conformadas por un número aproximado de 150 personas, se requería la COOPERACIÓN de todos para sobrevivir, pues para cazar un mamut debían trabajar en equipo 12, 15 o hasta 20 hombres; o para adecuar una cueva y que ésta sea confortable (que tenga leña para prender fogatas, pieles de animales para usarlas como colchones y cobijas rústicos, piedras y lanzas como armamento de defensa ante ataques de osos o tigres) debían cooperar muchos hombres y mujeres.
Y sin ir muy lejos, en la actual civilización del siglo XXI, sin el trabajo mancomunado de agricultores, transportistas, obreros, médicos, etc., la sociedad como tal no podría existir, se desintegraría, nos extinguiríamos.
De esta forma existe mucha esperanza en la actualidad, pues pese a que hay gobernantes corruptos, corporaciones egoístas, falsos profetas, líderes oportunistas, crisis, pandemias y demás plagas, la civilización camina hacia grandes cambios, no es la voluntad de 2 o 3 personas, sino que está en NUESTROS GENES, en el ADN del Homo Sapiens, la COOPERACIÓN como especie para salir adelante.
3.-La fuerza de los trabajadores, de los productores
La base más esencial de toda sociedad, de toda la civilización humana, es el trabajo, sin cuya fuerza y fuente de creación de riqueza material y cultural, NO podríamos existir. Para vivir las personas necesitamos comida, ropa, techo, medicinas, transporte, etc., y todos esos recursos son consumibles y perecibles, hay que producirlos de forma constante y en masa.
Quienes realizamos eso somos los trabajadores y productores, ya se trate de trabajo manual o intelectual, de producir alimentos, vehículos o arte; la cuestión es que en los trabajadores existe una gran energía y esperanza pues son quienes sostienen la columna vertebral de la sociedad entera, son la mayoría de la población, la gente que de una forma u otra es más sana y confiable.
4.-Los avances científicos y tecnológicos
Pese a que a veces la ciencia es manipulada por intereses egoístas, o ciertas tecnologías son utilizadas para oprimir, pese a todo eso, los avances científicos y tecnológicos siempre, de una forma u otra, en uno u otro grado, van a jugar a favor de un futuro mejor para la humanidad, son fuente en sí mismas de progreso y esperanza.
5.-El arte y la cultura
En ningún otro terreno del pensamiento y el accionar humanos, se expresan de forma tan nítida lo grandioso y brillante que podemos llegar a ser como especie, expresando en escritos, cuerdas, lienzos, esculturas, óperas, etc., elevados sentimientos de belleza, gratitud, amor, compañerismo, esperanza. Desde luego, esto no es lineal, hay segmentos, matices, contextos, pero la esencia de progreso y esperanza se mantienen en casi todo el arte y la cultura.
6.-El gran acumulado histórico de la humanidad
Finalmente, cuando sintamos miedo o desesperanza, tan solo basta voltear a ver el pasado de la humanidad, el gran acumulado histórico de ciertas épocas y periodos; particularmente me afianzo en los últimos 600 años de la civilización.
Ahí tenemos tres grandes oleadas de lo mejor y más avanzado del pensamiento y el accionar humanos: el RENACIMIENTO, la ILUSTRACIÓN (o Siglo de las Luces) y la DIALÉCTICA.
En estas últimas décadas la sociedad, el sistema, están en una fase de descomposición y oscuridad crecientes, sin embargo tomándolo en un contexto histórico son apenas unas cuantas páginas malas, pues en el gran libro de la civilización humana hay mucho de lo cual aprender y, principalmente, seguir avanzando hacia adelante, a nuevas páginas y capítulos épicos, luminosos, esperanzadores.
Nicolás Gualle
ESCRITOR Y CONFERENCISTA
Contactos:
Email: nicoega@yahoo.com.ar
Whatsapp: 0998725157
Pág. Web: https://nicolasgualle-escritos.blogspot.com

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