El mundo del siglo XXI se encuentra atravesando un
periodo histórico muy complejo: asistimos, quizás, hacia la finalización de un
sistema entero y al nacimiento de nuevas formaciones económico políticas.
Desde luego, y como siempre lo hemos dicho en nuestros
espacios, los procesos históricos no dependen en modo alguno de la voluntad de
los individuos o partidos, sino de intrincadas relaciones económicas
internacionales, nacionales y locales.
Sin embargo, tampoco podemos quedarnos de brazos
cruzados, y en ese sentido los profesionales tenemos un gran deber para con la
sociedad.
El mismo hecho de contar con estudios superiores y
especializados en una o más áreas del conocimiento, nos permite aportar con
herramientas científicas y/o técnicas valiosas, tanto para el desarrollo de la
vida cotidiana, así como para forjar proyectos más trascendentes.
El problema central es que muchos profesionales han
olvidado sus raíces, los juramentos y códigos deontológicos de cada profesión,
la necesidad de unir teoría y práctica, y no pensar sólo en el lucro personal o
el egocentrismo, sino además en la función social.
TRES BASES PROFESIONALES
El mundo del siglo XXI requiere profesionales que por
lo menos cuenten con tres características básicas:
·
CIENCIA
Y DIALÉCTICA: es importante que de manera permanente nos estemos actualizando
en conocimientos científicos, tanto de forma general, como específica a nuestra
carrera o área. Además, retomar el estudio o análisis de la dialéctica, de la
filosofía, pues un profesional sin bases filosóficas que sustenten su ejercicio
teórico – práctico, es como un barco sin brújula, sin gps.
·
RESOLVER
NECESIDADES HUMANAS: la pirámide de Maslow nos enseña sobre las necesidades de
los seres humanos; los profesionales tenemos el deber de contribuir a resolver
necesidades humanas prácticas y concretas, tales como alimentación, vestimenta,
vivienda, transporte, salud, educación, cuestiones legales, problemas de la
psiquis, etc., y solo entonces la sociedad nos retribuirá económica y
moralmente. Es un permanente intercambio de energía y valor.
·
PERSPECTIVA
Y FUTURO DE LA SOCIEDAD: los profesionales debemos contribuir a dar perspectiva
y esperanza a la sociedad, que nuestros conocimientos sean antorchas de luz en
medio de tanta oscuridad y caos.
Tener un título de tercer o cuarto nivel es bueno,
pero por un lado no solo para el lucro individual, sino también para una
función social; y por otro lado, que eso no nos ciegue y vuelva ególatras, pues
ante todo debemos ser excelentes personas y ciudadanos.
Finalmente, los profesionales debemos tener sólidas
bases éticas para guiarnos en el ejercicio de nuestra profesión; en mi caso
concreto me baso, además de la ciencia y la dialéctica, en el Decálogo del
Abogado escrito por Eduardo Couture y también por la Carta Mundial de Ética
para Periodistas redactada por la Federación Internacional de Periodistas.
Nicolás Gualle
ESCRITOR y CONFERENCISTA
Contactos:
Email: nicoega@yahoo.com.ar
Whatsapp: 0998725157
Pág. Web: https://nicolasgualle-escritos.blogspot.com
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