Sin un lugar
dentro de la sociedad ni un propósito en la historia, sin presente ni futuro,
así vive la generación de los ‘NI-NI’: ni estudian, ni trabajan. Incluso, esas
características negativas se extienden a otros sectores juveniles que sí
estudian y/o trabajan, pero no estudian lo que realmente quieren (ya sea por
falta de cupos o porque en la actual sociedad no es ‘redituable’), o tienen ‘trabajos’
informales sin estabilidad alguna ni seguro social, en definitiva ‘sin futuro’.
La crisis
mundial del sistema ha traído consigo este siglo XXI la generación de los
Ni-Ni, desperdiciando talentos, destruyendo el futuro de muchos jóvenes, los
cuales frente a no tener oportunidades reales y concretas en la vida, se
dedican a diversas actividades que les roban tiempo, energía y dinero.
La juventud, una
etapa que va aproximadamente desde los 15 hasta los 29 años con distintas
sub-etapas, es un momento de la vida donde se requieren:
-estudios, ya
sea en humanidades, arte, ciencia y tecnología para poder ganarse la vida y
aportar algo a la sociedad
-trabajo
estable, para poder vivir dignamente
-emparejamiento,
ya sea fines romántico-sexuales y/o para formar familia
-conocimientos,
ciencia, cultura, filosofía
-proyecto de
vida
Esto no quiere
decir que en otras etapas de la vida como los adultos no requieran lo anterior,
pero en el caso de los jóvenes eso es particularmente urgente, y en la práctica
la generación de los ‘Ni-Ni’ y los ‘sin futuro’ no podrá acceder a satisfacer
dichas necesidades, o por lo menos no de una forma digna sustentable y digna.
En nuestro país
existen cerca de 1 millón de Ni-Ni’s en registros oficiales, más las cifras que
permanecen ocultas por distintos motivos, lo que suma una importante franja de
la población.
Lo peor y más
grave de todo, es que esta franja de la juventud y los que tienen estudios o
trabajos ‘a medias’ sin mayor futuro, al no tener las herramientas necesarias
se dedican a destruir sus vidas y las de sus familias con la evasión de la
realidad, ‘matando el tiempo’, etc., para lo cual se evaden con:
-nihilismo,
misantropía
-alcoholismo y
drogas
-uso excesivo e
infructífero de redes sociales
-videojuegos
-sectas y
religiones
-comida chatarra
-enclaustrarse
en casa
-programación basura
de TV
Con todo esto no
sólo que no logran estudiar y/o trabajar en lo que realmente desean y
necesitan, sino que además retroceden y van perdiendo lo poco que tenían.
Una gran
transformación social podrá solucionar esta problemática de la juventud actual,
pero mientras tanto para quienes deseen cambiar sus vidas, ser líderes, forjar
acero, encender su luz interior y ayudar a que otros enciendan la suya, se
pueden tomar varias medidas inmediatas, cotidianas y en el estilo de la acción
masiva:
·
Leer y analizar mucho de ciencia,
humanidades y arte
·
Ver videos, documentales, sobre salud,
emprendimiento, dinámicas sociales
·
Comer lo mejor posible, sano y variado
·
Hacer ejercicio físico regular (30
minutos de caminata al día hacen maravillas)
·
Dormir lo suficiente (7 horas por noche
promedio)
·
Arreglar su guardarropas, pequeños
cambios con sastres, zapateros, etc., marcan la diferencia
·
Usar las redes sociales de forma
inteligente, crear su marca personal
·
Renovar círculo social bajo el lema: ‘aporta
o aparta’
·
Estudiar y/o trabajar de forma
estratégica e inteligente, buscar apalancarse
·
Contribuir al cambio social ya sea con
conocimientos, arte, liderazgo, etc.
Desde luego no
existen ‘fórmulas mágicas’, toda acción de cambio personal y social llevan
mucho esfuerzo, tiempo y dedicación; para quienes deseen una vida extraordinaria
el camino está abierto.
Nicolás Gualle
ESCRITOR y
CONFERENCISTA
Contactos:
Email:
nicoega@yahoo.com.ar
Whatsapp:
0998725157
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