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Abg. Nicolás Gualle 0998725157

jueves, 5 de diciembre de 2019

LA NATURALEZA DEL SER HUMANO, II


Las edades del ser humano
¿Han visto alguna vez a un niño pequeño, supongamos de 2, 3 o 4 años, lleno de maldad? ¿Han visto a ese niño pequeño estar mentalizando como dañar a otros niños, robar sus propiedades, corromper, etc.? La respuesta evidente e irrefutable es un rotundo NO. Claro, habrá casos excepcionales, pero serán tan pocos y aislados, que más bien corresponderían a un estudio de la psiquiatría y las enfermedades mentales de esos pequeños que siendo tan cortos de edad comiencen a hacer daño a sus congéneres. Pero en cambio, en niños más grandes, es decir más ‘vividos’, pasando por adolescentes, jóvenes y en adelante ya se comienzan a ver los primeros signos de una cierta ‘maldad’.
Aclaramos que por maldad nos referimos a situaciones realmente tóxicas y negativas como estafar descaradamente, mentir sobre cosas delicadas, vivir explotando a otros, robar fondos públicos, oprimir, etc. No entran aquí pequeños contratiempos, malentendidos, cambios de personalidad, o cualesquier otra cosa que signifique una simple cuestión de costumbres, gustos o afinidades que no son realmente perjudiciales para los demás miembros de la colectividad.
Dejando eso en claro, aquí viene el problema. A medida que el ser humano va creciendo en sociedad, un porcentaje de los mismos se va como ‘contaminando’ de lo negativo que le rodea, y comienza el proceso de degeneración: así vemos a personas que más o menos de los 25 o 30 años en adelante se llenan de maldad, algunos de forma consciente, otros quizás como un mecanismo de defensa y sobrevivencia ante un mundo tan hostil. Pero sea como sea el caso, el resultado es el mismo: cada vez vemos adultos e incluso jóvenes con el corazón lleno de amargura, maldad, egoísmo…
Somos lo que comemos, leemos y las personas con quienes nos relacionamos
No todo está perdido, al contrario hay mucho por hacer en la vida. Así como hay personas negativas, también hay muchas otras positivas, constructivas.
Pero antes de dar cualquier paso, hay que saber cómo forjar nuestra propia personalidad: somos en concreto 3 cosas:
-lo que comemos: determina nuestra salud física, mental y emocional (la comida genera ciertos mecanismos en nuestro cuerpo al ingerirla)
-lo que leemos: el ser humano es un ser cognitivo y social por excelencia, se relaciona siempre con la palabra, ya sea hablada o escrita (lo que leemos va moldeando nuestra forma de ver la vida)
-las personas con quienes nos relacionamos: tenemos múltiples relaciones sociales, con amigos, amigas, familiares, compañeros de trabajo, pareja, vecinos, etc., pero NO todos son los adecuados, pues hoy en día hay mucha gente egoísta, falsa, de malos valores, entre otros. Lo mejor es relacionarse con gente de buenos valores, que tenga aunque sea un mínimo de cultura, que sea constructiva, pro-activa, que cuide de sí misma y de los suyos, entre otras cualidades más.
Debemos aprender a ser buenas personas, no se trata de ser ingenuos, mensos ni nada parecido, simplemente ser honestos, trabajar lo nuestro, dar a cada quien lo que le corresponde, y aprender a trabajar en equipo.
Fragmento del libro: ‘SELECCIÓN DE ESCRITOS V’
Nicolás Gualle
ESCRITOR y CONFERENCISTA
Contactos:
Email: nicoega@yahoo.com.ar
Whatsapp: 0998725157

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